Cumbria, 2001. En los días oscuros de la fiebre aftosa, mientras las llamaradas de las piras sanitarias ennegrecen las colinas del norte de Inglaterra, Steve Elliman vuelve a trabajar en la granja de su padre. En ese paisaje devastado, se reencuentra con William Herne, un granjero de modos brutales, intimidante y agresivo, que lo arrastra a un mundo turbio de robos de ovejas, peleas clandestinas y asesinatos entre la niebla. Juntos, fundan una especie de comuna salvaje que pronto se convierte en una banda fuera del sistema, una nueva forma de vida donde el trabajo físico extenuante y el instinto de supervivencia sustituyen a cualquier ética. Con una prosa cruda y poderosa, Scott Preston narra un western rural británico, de un lirismo implacable, donde el crimen brota del suelo como una plaga. Una novela furiosa sobre la masculinidad y sobre la tierra como fuerza ciega, en lucha con quienes intentan someterla. Una novela de lodo, sangre y silencio, donde el crimen no se resuelve, se arrastra. Y donde redimirse no consiste en regresar, sino en quedarse pase lo que pase.