El interior de un tren es un lugar perfecto para contar historias. En especial cuando los viajeros más inquietos, tres niños de corta edad que viajan con su tía, empiezan a aburrirse y a preguntar mil cosas a la vez. La torpeza de la mujer para lograr que sus sobrinos mantengan el interés por sus palabras alerta a un viajero, que se ofrece, casi valerosamente, a iniciar una nueva historia. El nuevo contador de historias va dejando ver sus artificios para mantener a los niños interesados: una niña muy buena muy buena, ejemplo de todo lo que debe hacerse, resulta premiada con algo que a cualquier persona le parecería un gran honor. Una vez que consigue el premio, va percibiendo que el azar, a pesar de los esfuerzos que uno haga en su vida para ser moralmente correcto, tiene una parte importante en el desenlace de los acontecimientos, que no siempre son felices.
El maestro del relato, Saki, consigue en esta historia de aparente sencillez poner de manifiesto el conflicto que supone para un adulto relacionarse con niños y viceversa, además de esbozar una hermosa teoría de la literatura a base de reflexiones veladas sobre cuáles son los aspectos que mantienen el interés de un lector siempre en la cima.
La delicadeza del relato y la ausencia de tensión del texto se complementan a la perfección con las ilustraciones de Isabelle Vandenabeele, de un expresionismo casi doloroso.
Ficha técnica
Traductor: Carles Andreus Saburit, Vitó Godina
Ilustrador: Isabelle Vandanabeele
Editorial: Barbara Fiore Editora
ISBN: 9788415208525
Idioma: Castellano
Número de páginas: 40
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 01/03/2014
Año de edición: 2014
Plaza de edición: Es
Alto: 24.0 cm
Ancho: 30.0 cm
Peso: 1.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Saki
H. H. Munro (1870-1916) nació en Birmania, hijo del Inspector General de la policía británica. Su madre murió al poco de nacer él, por lo que fue expedido a Inglaterra al cuidado de dos viejas tías solteras, empeñadas en una infatigable guerra doméstica, que le amargaron la niñez. En esta infancia desdichada, apuntó Graham Greene, está la clave de la crueldad atildada que constituye la nervadura de casi todos sus cuentos: nadie como él maneja ese humor tétrico que otorga carta de trivialidad a lo horrible.Foto (PDM) from The War Illustrated 31 July 1915