El intendente Sansho ofrece una selección de seis de los mejores relatos de Ogai Mori (1862-1922), una de las figuras más importantes e influyentes de la literatura japonesa.
Cinco de los relatos (el que da título al volumen, «El barco del río Takase», «Las últimas pálabras», «La señora Yasui» y «La historia de Iori y Run») pertenecen al género de la ficción histórica, género en el que el autor logró sus mejores páginas. Por su parte, «Sakazuki» es, en palabras del prologuista, Carlos Rubio, «una delicada alegoría sobre el efecto perturbador producido en el grupo por un elemento extraño, más concretamente sobre la aparición del extranjero en la sociedad japonesa».
El relato con el que se abre el volumen, «El intendente Sansho», una conmovedora historia protagonizada por dos niños que son separados de su madre y vendidos como esclavos a un despótico señor, sirvió de base para una de las películas más conocidas del director japonés Kenji Mizoguchi.
Carlos Rubio dice en el prólogo: «Las seis pequeñas joyas que podrá disfrutar el lector de este libro las escribió el último samurái escritor: una máscara, es decir, una persona, de una sobriedad deslumbrante».
Ficha técnica
Traductor: Elena Gallego Andrada
Editorial: Editorial Contraseña Sc
ISBN: 9788493930806
Idioma: Castellano
Número de páginas: 160
Tiempo de lectura:
3h 44m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 17/11/2011
Año de edición: 2011
Plaza de edición: España
Alto: 13.0 cm
Ancho: 21.0 cm
Grueso: 1.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Ogai Mori
(Tsuwano, 1862 - Tokio, 1922). Es el seudónimo de Rintaro Mori. Hijo del médico del señor feudal de la localidad (un cargo hereditario), estudió Medicina en Tokio. Una vez graduado, escogió la carrera de oficial médico del ejército y recibió una beca del gobierno japonés para continuar su formación en Alemania, donde vivió cuatro años y entró en contacto con la literatura occidental. A su regreso a Japón, introdujo en el país las nuevas corrientes literarias europeas, por lo que fue objeto de críticas por parte de las autoridades niponas, que consideraban que la influencia occidental era la principal causa de la desaparición del estilo de vida tradicional de los japoneses. La bailarina (1890) es, sin duda, su obra más célebre.