«Y volviendo a nuestro Quijote, creo yo que las más de las desdichas del español son fruto de sus pecados, como las de todos los pueblos. Nuestro pecado capital fue y sigue siendo el carácter impositivo y un absurdo sentido de la unidad. Mientras otros pueblos se acercaron a éstos o aquéllos para explotarlos, en lo que sin duda cabe beneficio a la vez que explotación mutuas, nos empeñamos nosotros en imponer nuestro espíritu, creencias e ideales, a gentes de una estructura espiritual muy diferente a la nuestra. En Europa misma combatimos a éstos o a aquéllos porque tenían sobre tal o cual punto la idea, cuando resulta, en fin de cuenta, que nosotros no teníamos ninguna.»
Ficha técnica
Editorial: Editorial Verbum, S.L.
ISBN: 9788413376776
Idioma: Castellano
Número de páginas: 84
Tiempo de lectura:
1h 54m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 06/08/2021
Año de edición: 2021
Colección:
Ensayo
Ensayo
Alto: 19.5 cm
Ancho: 14.0 cm
Peso: 119.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Ángel Ganivet y Miguel de Unamuno
Ángel Ganivet nació el 13 de diciembre de 1865 en la ciudad de Granada. Fue escritor, ensayista y diplomático español, y está considerado como el precursor de la Generación del 98. Tuvo una gran amistad con Miguel de Unamuno, autor de Mecanópolis (Premium, 2017), también integrante de dicha generación, y compaginó su pasión literaria con su labor como cónsul en Helsinki. En el año 1898, un año antes de su fallecimiento, escribe su relato distópico Las ruinas de Granada (Premium, 2019), una de las piezas más encantadoras y mejor escritas de la ciencia ficción española del siglo XIX.
Miguel de Unamuno nació en Bilbao, el 29 de septiembre de 1864. Escritor y filósofo, es considerado el principal exponente de la generación del 98. En la Universidad de Madrid estudia Filosofía y Letras, para dedicarse después a la docencia. La muerte de uno de sus hijos siembra el germen de la crisis espiritual que trasladaría después a sus escritos. Es nombrado rector de la Universidad de Salamanca en 1900. Su oposición pública a la dictadura de Primo de Rivera lo llevó al destierro en 1924, y a su vuelta sería diputado de la Segunda República. En 1936 fallecería en Salamanca, siendo la causa de su muerte objeto de gran cuestionamiento.