No existe en toda la tradición de la poesía castellana un poeta tan talentoso y desdichado como Miguel Hernández. Autor de media docena de clásicos instantáneos de la literatura como & x0201C;Elegía& x0201D;, & x0201C;Nanas de la cebolla& x0201D;, & x0201C;Hijo de la luz y la sombra& x0201D; o & x0201C;Canción última& x0201D;, su carrera se vio brutalmente cortada tras ingresar en prisión, como preso político, ya muy enfermo, donde le fue negada la asistencia medica. Hernández, cuya obra de lee mejor a lado de sus pares, Lorca y Cernuda, ha sufrido una división artificial entre sus poemas íntimos y sus poemas más políticos, entre los dedicados a visiones serenas de la naturaleza y los que levantan estampas sangrientas de la guerra. La presente antología pretende restituir a Miguel Hernández todos sus poderes. Versos donde lo íntimo, lo político, la naturaleza y la justicia humana se combinan en una visión inconformista de lo que cada individuo puede esperar de la vida, y que se convierten en cantos radicales sobre la ternura y la oscuridad de la carencia. De todas nuestras estrategias de resistencia, de nuestro incansable rebrotar. Con prólogo de Berta García Faet, una de las poetas más innovadoras y entusiastas de nuestro panorama, y bellamente ilustrado, el presente volume
Ficha técnica
Ilustrador: Paula Vallar Gárate
Editorial: Alba Editorial
ISBN: 9788411781954
Idioma: Castellano
Número de páginas: 112
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 08/10/2025
Año de edición: 2025
Plaza de edición: Es
Alto: 24.0 cm
Ancho: 16.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Miguel Hernández
(Orihuela, 1910 - Alicante, 1942)Hijo de familia humilde, su niñez y adolescencia transcurren en la sierra oriolana ejerciendo el oficio de pastor. Durante unos años asiste a la Escuela del Ave María, donde estudia gramática, aritmética, geografía y religión, destacando por su extraordinario talento. En 1925, a los quince años de edad, tiene que abandonar el colegio para volver a conducir cabras por las cercanías de Orihuela. Pero sabe embellecer esta vida monótona con la lectura de numerosos libros de Gabriel y Galán, Miró, Zorrilla, Rubén Darío. Desde 1930 Miguel Hernández comienza a publicar poemas en el semanario El Pueblo de Orihuela y en el diario El Día de Alicante. Su nombre comienza a sonar en revistas y diarios levantinos.Entre sus obras cabe destacar: Perito en lunas (1933) El silbo vulnerado (1934) Drama sobre la revolución de Asturias (1934), El rayo que no cesa (1936), Viento del Pueblo (1937) El hombre acecha (1937 - 1939) Romancero y cancionero de ausencias (1938 - 1941).