Contemporáneos y amigos, coetáneos en el siglo I a.C., la época de Cayo Mecenas y de Octavio Augusto, Virgilio y Horacio son los dos grandes nombres de la poesía latina. Ellos dos recogieron la tradición de sus predecesores griegos y han dejado, a lo largo de veinte siglos, una huella imborrable en la lírica occidental. Este precioso estuche, que no tiene parangón en nuestro mercado editorial, reúne la obra completa de los dos vates más excelsos, venerados y famosos de la Roma clásica. Incluye: Virgilio: Bucólicas. Geórgicas. Apéndice virgiliano (BCG,141) Eneida (BCG,166) Horacio: Odas. Canto secular. Epodos (BCG,360) Sátiras. Epístolas. Arte poética (BCG,373).
Virgilio (70 a.C.-19 a.C.) es el poeta más importante de la literatura latina antigua, el clásico por excelencia, receptor y recreador del espíritu griego al tiempo que representante de la genuina romanidad, y además «padre de Occidente» (Th. Haecker). Es autor de las Bucólicas o Églogas (poemas pastoriles), de las Geórgicas (poesía didáctica) y de la Eneida (epopeya). Vive en época del principado de Augusto, de cuyos ideales políticos se hace eco, y es miembro del llamado «círculo de Mecenas». Horacio (65 a.C.-8 a.C.), coetáneo y amigo de Virgilio, y como él protegido de Mecenas y miembro de su círculo, es otro de los grandes poetas romanos de la Antigüedad. En sus Odas recoge el legado de la lírica griega arcaica y de la filosofía epicúrea y estoica, y celebra la paz del gobierno de Augusto. Escribe también Epodos (poemas líricos de tono injurioso), Sátiras y Epístolas, en una de las cuales, la Epístola a los Pisones, adoctrina sobre la creación poética. Ovidio (43 a.C.-17 d.C.), perteneciente también a la época de Augusto pero algo más joven que los anteriores, es fundamentalmente poeta del amor (Amores, Arte de amar, Remedios contra el amor y Heroidas) y de la mitología (Fastos, Metamorfosis). Son las Metamorfosis una epopeya múltiple, en la que se narran los mitos y leyendas del mundo grecorromano, obra de gran trascendencia literaria y artística. También escribió poesía desde el destierro (Tristes, Pónticas), pues fue exiliado por Augusto, por una falta no precisada, aunque sin duda relacionada con su escaso compromiso político.