Evanora aprendió a una edad muy temprana el mal que pueden hacer los vampiros. Desde que le robaron la inocencia y su grito, se ha dedicado a evitarlos y odiarlos con pasión. Pero ahora ha captado el interés de uno que no piensa parar hasta saciarse. Drystan siempre ha sido un hombre calmado entre los de su especie, el raciocinio en un mar de locura, o al menos lo era hasta que se cruzó con la testaruda mujer de pelo blanco, cicatrices y ojos fríos como el más crudo invierno: la banshee Blanca. Cuando sus caminos se cruzan y los lleva directos hacia un infierno del que tal vez no puedan regresar, despertarán en ellos emociones que ambos creían ser incapaces de sentir y se abrirán viejas heridas del pasado largo tiempo cerradas. En medio del peligro tendrán que decidir si merece la pena dejarse llevar y sentir sabiendo que el tiempo que pasarán juntos llegará a su fin. ¿A qué estarán dispuestos a renunciar por amor?