Sinopsis de L ILE DESERTE ET AUTRES TEXTES: TEXTES ET ENTRETIENS 1953-1974
« Quoi de plus gai qu’un air du temps ? Il y a actuellement beaucoup d’études profondes sur ces concepts de différence et de répétition. Tant mieux si j’y participe, et si, après d’autres, je pose la question : comment faire en philosophie ? Nous sommes à la recherche d’une “ vitalité ”. Même la psychanalyse a besoin de s’adresser à une “ vitalité ” chez le malade, que le malade a perdue, mais la psychanalyse aussi. La vitalité philosophique est très proche de nous, la vitalité politique aussi. Nous sommes proches de beaucoup de choses et de beaucoup de répétitions décisives et de beaucoup de changements. » Gilles Deleuze (mars 1968)
Ficha técnica
Editorial: Minuit (Editions De)
ISBN: 9782707317612
Número de páginas: 416
Fecha de lanzamiento: 01/01/1900
Año de edición: 1900
Plaza de edición: España
Especificaciones del producto
Escrito por Gilles Deleuze
Gilles Deleuze nació en París en 1925. Fue profesor de Filosofía en la Sorbonne y es autor de varios libros, entre ellos, Nietzsche y la filosofía, La filosofía crítica de Kant, Proust y los signos, Spinoza: filosofía práctica, La lógica del sentido, La imagen-tiempo y, en colaboración con Félix Guattari, El anti-Edipo, obra que le dio a conocer mundialmente y le convirtió en uno de los filósofos más polémicos de la década de 1960. Deleuze es una figura clave de la filosofía posestructuralista francesa. Considerado empirista y vitalista, su obra, que se basa en conceptos como la multiplicidad, el constructivismo, la diferencia y el deseo, se aleja sustancialmente de las principales tradiciones del pensamiento continental del siglo xx y le sitúan como una figura influyente en las consideraciones actuales sobre la sociedad, la creatividad y la subjetividad. Deleuze escribió sobre Spinoza, Nietzsche, Kant, Leibniz entre otros, entre los que también contaban autores y obras literarias, el cine y el arte. Deleuze afirmaba que no escribía «sobre» arte, literatura o cine, sino que emprendía «encuentros» filosóficos que le llevaban a nuevos conceptos. Como constructivista, era categórico al afirmar que los filósofos son creadores y que cada lectura de la filosofía, o cada encuentro filosófico, debería inspirar nuevos conceptos.