La Administración Europea estudia la estructura administrativa encargada de la ejecución europea del Derecho y de las Políticas de la Unión. La necesidad tanto de una ejecución uniforme y eficaz del Ordenamiento europeo como de una gestión europea de problemas trasnacionales (seguridad alimentaria, marítima, aérea, medioambiental; crisis humanitarias; crisis civiles o militares; lucha contra el crimen y delincuencia organizada, etc.) conducen inexorablemente a la superación del dogma de la «administración indirecta» a través de los Estados miembros y a la consiguiente atribución de competencias ejecutivas a la Unión y a las Comunidades Europeas. De esta manera, se verifica una progresiva construcción administrativa en el sistema institucional europeo alrededor de sus Instituciones, órganos y organismos. En primer lugar, la Comisión Europea, Institución ejecutiva y administrativa, que en sus recientes reformas internas ha reforzado su propia organización (por ejemplo, a través de la descentralización funcional en sus agencias ejecutivas o en procesos de desconcentración) con la confesada intención de potenciar su papel institucional ejecutivo. En segundo lugar, el Consejo, que ha experimentado en su seno la mutación cualitativa de un Secretariado a una Administración con crecientes competencias en materia de política económica, de política exterior y de seguridad común y de cooperación policial y judicial. Finalmente, la definitiva consolidación de organismos especializados con competencias ejecutivas y administrativas, a los que se dota bien de un estatus funcional de independencia por los Tratados (Banco Central Europeo, en particular), bien de autonomía por el Legislador europeo (Agencias europeas).