La casa del páramo fue publicada como cuento de Navidad a finales de 1850 y, respetuosa con el género, Elizabeth Gaskell compuso una hermosa historia de amor campestre, con un cuadro potente de virtudes y vicios y una apelación al sentimiento de buena voluntad. Maggie Browne, su heroína, vive con una madre indiferente y un hermano ambicioso que la considera una jovencita «enjaulada en el campo, rodeada siempre de la misma gente». Después de luchar por superar las diferencias sociales que la separan de su amor –el heredero de un terrateniente–, se verá empujada a un supremo sacrificio para salvar a su propia e ingrata familia. «Este pequeño volumen –escribiría Charlotte Brontë– tiene un bello comienzo, adquiere fuerza en su desarrollo, y concluye con pathos.» Swinburne vio en él un precedente claro de El molino del Floss de George Eliot. Combinando elementos de cuentos de hadas con recursos de melodrama y una romántica observación de la naturaleza, Gaskell ahonda además en los entresijos de la vida doméstica, y muestra cómo el amor y la bondad pueden ser armas de doble filo, a menudo utilizadas con fines innobles. «¡Conocemos tan poco la verdadera realidad de aquellos hogares que visitamos como amigos íntimos!», dice la narradora de estas páginas y se propone, con fortuna, entrar allí donde las apariencias y presuposiciones desvelan sus conflictos y sus secretos.
Ficha técnica
Traductor: Marta Salís
Editorial: Alba Editorial
ISBN: 9788484284376
Idioma: Castellano
Número de páginas: 192
Tiempo de lectura:
4h 31m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 16/01/2009
Año de edición: 2009
Plaza de edición: Madrid
Colección:
Alba Clasica
Alba Clasica
Alto: 21.0 cm
Ancho: 14.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Elizabeth Gaskell
(Londres, 1810 – Holybourne, Hampshire, 1865) Es una de las escritoras victorianas más relevantes y queridas de Inglaterra. Huérfana de madre desde muy pequeña, se crió con su tía en Knutsford, una tranquila ciudad donde tuvo una infancia plácida y feliz. Con 22 años se casó con el ministro de la capilla unitaria de Cross Street, en Manchester, también escritor, con quien vivió en perfecta armonía. El traslado de toda la familia al norte de Inglaterra, mucho más industrializado, fue un choque muy fuerte para ella, que quiso retratar las precarias condiciones de vida de los trabajadores de las fábricas en algunas de sus obras, como Mary Barton y Norte y sur. Pero Las confesiones del señor Harrison (1851) forman parte de sus obras de tipo rural y humorístico, inspiradas en las anécdotas domésticas de su infancia a Knutsford, que desarrollaría posteriormente en la novela Cranford. Fue respetada y admirada por los críticos y por autores de su época como Dickens o Charlotte Brontë, de quién escribió una biografía imprescindible.