La hora del Diablo es un relato fascinante de Fernando Pessoa. Un diálogo entre Satán y María, madre de Jesús, que revela al lector el singular pensamiento del poeta-filósofo, suerte de místico que quiere creer, pero descree por principio. La conversación -casi un monólogo del Diablo- es n peregrinaje "del misterio y del conocimiento", en busca de una "verdad inalcanzable (...) que ni Dios conoce". Pessoa nos presenta al Diablo como complementario de Dios, como "señor absoluto del intersticio y de lo intermedio, de lo que en la vida no es vida". "Como la noche es mi reino -dice Satán-, el sueño es mi dominio". Este breve texto, sutil y sugerente, no es una mera curiosidad en la obra del gran escritor portugés, sino el testimonio hecho ficción de un inquietud permanente de su espíritu. Teresa Rita Lopes, estudiosa de la obra de Pessoa, nos aclara la historia y el alcance de La hora del Diablo.
Ficha técnica
Traductor: Miguel Angel Flores
Editorial: Verdehalago Ediciones
ISBN: 9789706802118
Idioma: Castellano
Número de páginas: 69
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 03/01/2006
Año de edición: 2005
Plaza de edición: Mexico
Alto: 17.0 cm
Ancho: 11.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Fernando Pessoa
Fernando Pessoa (Lisboa, Portugal, 1888-1935), escritor, crítico, dramaturgo, ensayista, traductor, editor y filósofo, fue una de las figuras literarias más importantes y complejas del siglo xx y uno de los grandes poetas en lengua portuguesa. Director y colaborador de varias revistas literarias, se ganó la vida como redactor de correspondencia extranjera para empresas comerciales, traductor y vendedor de horóscopos. Escribió en inglés (vivió en Suráfrica en sus años mozos) una parte de su obra, que se desplaza magistralmente de la vanguardia al clasicismo. Desdeñoso de la fama, propuso siempre lo que él llamó una “estética de la abdicación”, en la que incluía no sólo “la posibilidad de bienestar material” sino todo el sistema de relaciones humanas, desde el amor a la amistad, convencido de que el hecho divino de existir no debe asimilarse al hecho satánico de coexistir.