Sinopsis de LA VERDAD ES SINFONICA: ASPECTOS DEL PLURALISMO CRISTIANO
«Se habla hoy mucho de pluralismo. Pero es legítimo preguntarse si ha habido una época menos pluralista que la que estamos viviendo. En la actual crisis de la Iglesia, los programas y las consignas habituales, por más dispares que sean, se presentan en cada caso como una panacea. La verdad cristiana es sinfónica. Proclamarlo a los cuatro vientos y tenerlo siempre presente nos parece quizá la tarea más necesaria del momento actual. Pero la sinfonía no supone en modo alguno una armonía almibarada y sin tensiones. La música más profunda y sublime es siempre drmaática, es acumulación y resolución (a un nivel más elevado) de tensiones, de conflictos. Pero la disonancia no tiene nada que ver con la cacofonía. Tampoco es el único medio de poner en marcha la tensión sinfónica. En la primera parte de este libro se tratan de manera informal algunos aspectos del pluralismo teológico, haciendo un recorrido a través de la revelación cristiana. En la segunda parte se muestra con algunos ejemplos cómo la pluralidad emana en cada caso de la unidad, se justifica a partir de ella y puede ser reintegrada siempre en ella». (Fragmentos del prólogo del autor, Hans Urs von Balthasar)
Ficha técnica
Traductor: Emilio Saura
Editorial: Encuentro
ISBN: 9788474900132
Idioma: Castellano
Número de páginas: 160
Tiempo de lectura:
3h 44m
Fecha de lanzamiento: 01/01/2002
Año de edición: 2002
Plaza de edición: España
Número: 1
Peso: 240.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Hans Urs von Balthasar
Hans Urs Von Baltasar (1905-1988) fue uno de los teólogos más importantes del siglo XX. Estudió en Viena y Zúrich pero será en Berlín donde recibe clases del teólogo Romano Guardini y entra en contacto con la filosofía de Kierkegaard. En 1928, cuando acaba sus estudios de literatura alemana, ingresa en la Compañía de Jesús. Veintidós años después abandona la orden y las autoridades religiosas le prohíben dar clases porque sus ideas no encajan con las formulaciones tradiciones de la Iglesia. Tras el Concilio vaticano II, al que no fue invitado, recibió un reconocimiento prácticamente unánime a su talla intelectual y funda con Henri de Lubac y Joseph Ratzinger la revista Communio.