La obra presenta una galería de personajes —el mendigo, el hostelero, el comisario, los caballeros, los locos, las prostitutas, los sordomudos, el tribunal, el jurado, entre otros— que encarnan distintos aspectos de la sociedad. A través de sus voces, Hasenclever construye una crítica mordaz y simbólica sobre el poder, la justicia y la alienación humana.