La referencia a la pintura no es gratuita cuando se quiere llamar la atención del público hacia usos y costumbres sociales. En la literatura del siglo XIX se decía incluso que con los llamados cuadros de costumbres (textos en prosa con un breve pretexto narrativo) podían "pintarse" las actitudes y comportamientos, valores y hábitos que marcaban la filosofía de aquella época.