Saber decir no puede llegar a ser una fuerza liberadora. Pero ¿cómo podemos hacerlo sin sentirnos culpables o sin perjudicar las relaciones con las personas que tenemos en estima? ¿Cómo podemos discernir a que hay que decir que sí y a que hay que decir que no? Este es un proceso que requiere aprendizaje y práctica, pero, según Torralba, es un arte que hay que reivindicar. "No pretendo enseñar a nadie cómo debe discernir sus síes y sus noes. Sencillamente, vindico el arte de saber decir no, un aprendizaje difícil que va ligado a la madurez de la vida y a la indignación creciente delante de un mundo que no me gusta y que querría que fuese diferente."