«UTOPÍA» es una de las palabras de mayor éxito en las lenguas modernas. Sabemos no sólo el nombre de su creador, Tomás Moro, sino las circunstancias de su alumbramiento. En discusiones con su amigo Erasmo ya había probado con otras palabras para referirse a un lugar difuso, perdido también en el tiempo, en el que las cosas han sido, o pueden ser, de otro modo. Pero al elegir el prefijo griego para indicar que «no existe tal lugar», inició una mitología puramente moderna, fruto del espíritu humanista y de los nuevos conocimientos geográficos. Editamos en un mismo volumen Utopía de Tomás Moro y La nueva Atlántida de Francis Bacon con la intención de presentar unidos dos eslabones fundamentales de este saber utópico, eslabones que han ido configurando en Occidente un modo peculiar de ver el mundo, basado en una crítica que no quiere quedarse en los aspectos negativos y entiende, desde la racionalidad y el análisis, que otros mundos mejores son posibles. TOMÁS MORO (Londres, 1478-1535) fue pensador, teólogo, político, humanista y escritor, entre otras muchas cosas, pues fue también poeta, traductor, canciller de Enrique VIII, profesor de leyes, juez de negocios civiles y abogado. Su obra más famosa es esta Utopía (1516) donde busca relatar la organización de una sociedad ideal. Entre sus obras más conocidas destaca...
Nació en 1561 en Londres. Cursó estudios en Cambridge. Pasó algún tiempo en París, como parte de la embajada de Inglaterra. Fue nombrado por Isabel I Lord del Sello Privado, consejero extraordinario del reino y además lo eligió para la Cámara de los Comunes. El rey Jacobo I Estuardo lo nombró en 1607 Procurador General, Fiscal General en 1613, Lord del Sello Privado en 1617 y Gran Canciller en 1618, recibiendo los títulos de Barón de Verulam y Vizconde de San Albano. Fue acusado por el Parlamento de venalidad en el ejercicio de sus cargos, así que se vio obligado a abandonar la vida política. Falleció en 1626.