Con un sentido satírico poco habitual, Alejandro Moya, pseudónimo de Juan Fernández de Rojas (1750-1819), remeda y parodia en esta obra los tratados científicos y filosóficos tan en boga en la época de la Ilustracion. En este viaje en el que discurren personajes de la talla de Locke o Voltaire, el autor nos presenta sarcasticamente las multiples lacras de Crotalopolis, nombre tras el que se oculta el Madrid de la epoca. En realidad, el titulo de El Triunfo de las castañuelas no es mas que un pretexto, un reclamo al lector, tras el que este fraile agustino encierra una afiladisima satira social. Inundada la obra de un humor inteligente y vivaz, Fernandez de Rojas llego a dedicar la obra a Francisco Agustin Florencio, autor del titulo Crotalogia o ciencia de las castañuelas, publicado en esta misma coleccion, que no es sino uno de los tantos pseudonimos que empleo el autor a lo largo de su trayectoria literaria.