La sociología está por todas partes porque la sociedad está por todas partes. Y porque la sociedad está minuciosamente insertada en la mente de cada persona. Porque integrarse socialmente supone una aprobacion ineludible de lo que nos envuelve. Decir que si a lo que constituye la familia, la escuela o el trabajo supone aceptar unos valores sociales que estan confirmados en unas normas escritas o no que nos facilitan ser personas normales. Asi que en la vida cotidiana asumimos lo que hacemos y como lo hacemos, donde y con quien, y hasta de lo que pensamos y sentimos. Pero dificilmente somos capaces de aceptar lo que es invisible e insonorizado porque no se ve y no se oye. Un buen analista social no describe su observacion sino que la interpreta, la desempaqueta, hurga en los detalles, los desvela, los relaciona y concluye con novedades para, inevitablemente, abrir mas dudas y sugerir mas busquedas. Esta necesaria descodificacion social, una tras otra, es lo que anima la tarea del sociologo.Con ese animo se presentan diferentes textos, firmados por profesores universitarios, que analizan hechos sociales que son muy comunes, y hasta tan proximos y rutinarios que impiden discutirlos. Suponen aspectos aislados en su apariencia, desde la virgen Maria, el suvenir, la postal, la proteccion animal, la calle, los grafitis, Facebook y el orgullo gay hasta la peluqueria, las bragas, el biberon, el tabaco, los burladeros, la nomina, el Marca, el padel y la camiseta de futbol. Pero cada ejemplo, tras su fachada exterior, lleva subliminalmente incorporados otros mensajes latentes e inesperados, que tienen mucho en comun y son tan representativos como eficaces para entender parte de la historia, la economia, la politica, la cultura y, en especial, el por que y el como nos relacionamos.
Ver más