La ciencia se ha convertido en algo demasiado importante -y, a la vez, demasiado humano- para dejarla exclusivamente en manos de los científicos. Un análisis transversal, y no puramente disciplinar y disciplinario, de «esa cosa llamada ciencia» ha puesto de relieve durante los últimos años la importancia de factores y elementos éticos, estéticos, históricos, sociales, teológicos y de género que permiten resituarla de modo más modesto dentro del conjunto general de las actividades humanas, más acá de pretensiones de verdad transcendentalistas, exclusivas y excluyentes.
Identidad y pluralidad se presentan en el marco de la globalización contemporánea como foco de atención inexcusable para la teoría y la praxis en un doble sentido: como problema y como oportunidad. El boom identitario se revela como síntoma de un malestar -social, político, cultural y existencial- provocado por los fenómenos de destradicionalización, desvinculación y despatriarcalización. Los estudios aquí reunidos recorren múltiples aspectos implicados en la cuestión de la identidad desde perspectivas diversas -filosofía, ética, antropología, sociología, política, derecho, psicología, literatura, historia y teología- y, en su pluralidad, ponen de manifiesto la complejidad del tema.
Posmodernidad: Pluralidad Y Transversalidad Diego Bermejo La presente obra se articula en torno a tres conceptos: posmodernidad, pluralidad y transversalidad. La pluralidad se impone como un factum inevitable y a la vez inquietante de nuestra época. La posmodernidad se presenta como el marco teórico que permite pensar la pluralidad como núcleo definidor de un nuevo paradigma racional. Pensar la pluralidad, con rigor intelectual y responsabilidad ética, exigirá un nuevo planteamiento de la cuestión de la razón —unidad / pluralidad—, redefinida y recuperada como transversalidad.
Pensar, después de Darwin, impide pensar como si Darwin no hubiera existido. Obliga a situar las cuestiones científicas, filosóficas y teológicas en un nuevo terreno de juego con reglas diferentes. Implica atreverse a pensar en serio el hecho de la contingencia radical de la naturaleza, incluida la naturaleza humana. Pero s upone tambien ir mas alla de Darwin, incorporando las aportaciones recientes de las ciencias empiricas que corroboran, a la vez que corrigen y enriquecen, el darwinismo originario. La teoria evolutiva debe, por una parte, abrirse a nuevas formulaciones, incorporando teorias actuales que desbordan el mecanismo simple de la seleccion adaptativa y que surgen desde la propia ciencia; por otra, acoger las cuestiones abiertas que se plantean en los limites de la ciencia; cuestiones que apelan al valor y sentido de las teorias cientificas, en este caso de la teoria de la evolucion, y que el metodo cientifico no puede responder coherentemente. Anular las preguntas o declararlas sin sentido pareceria mas ideologico que cientifico. Propio de la buena ciencia es el reconocimiento de los propios limites, el rigor metodologico y la honestidad intelectual. Ademas, para que sea buena ha de incorporar un plus de valor y de sentido que emerge de las fronteras inagotadas de la ciencia. Si es legitima la pregunta por el sentido de la evolucion, lo es porque el animal humano no se resigna a vivir con conciencia extrañada (en) una naturaleza que, ajena e indiferente a su suerte, le niega el sentido que, paradojicamente, ha hecho emerger en el como cuestion. El Gran Relato de la Evolucion seguira narrandose mientras el animal humano siga pensando la evolucion con un final abierto e imaginativo; mientras sea contado, no solo como el relatode una Naturaleza Ciega, sino como el relato de la Naturaleza Humanada.
El "retorno de Dios" sigue dando que pensar. La pervivencia de lo religioso se presenta como un hecho incontestable que obliga a revisar la teoría de la secularización que pretendía ofrecer una explicación definitiva sobre el ocaso de la religión, la irrelevancia pública de lo religioso y su reclusión a la privacidad subjetiva: a más modernización, menos religión. El conjunto de textos aquí reunidos trata de reponder a cuestiones libremente formuladas en torno a la cuestión de Dios y la religión sobre el telón de fondo de la actualidad inesperada del tema y el desafío cognitivo que sigue planteando a la razón teórica y práctica la pervivencia de lo religioso. Desde sensibilidades diferentes, pero con idéntico rigor intelectual, ateos, agnósticos y creyentes coinciden en este volumen en convertir la enfática exclamación orteguiana en cuestión a debate: ¿Dios a la vista?