El Imperio Ruso, durante el siglo XIX, nos revela la existencias de fuertes contradicciones. Los zares durante las primeras décadas del siglo pretendieron mantener, de forma rígida, el mismo sistema que sus predecesores, una politica exterior de gran potencia, a la vez que mantenian una situacion interna de atraso, miseria y represion. La inercia del pasado se quiebra, por primera vez, con una catastrofe externa, la grave derrota en la guerra de Crimea que evidencia el gran retraso tecnico y economico del imperio de los zares, respecto a Occidente. A partir del estimulo que supone la humillacion de Crimea, durante la segunda mitad del siglo, se manifiestan intentos para salir de un atraso feudal, pero sin alterar la total hegemonia de los sectores privilegiados sobre la sociedad y Estado rusos.