(Zaragoza, 1962), periodista en prensa, radio y televisión, tanto en secciones y programas informativos como en magazines. Ha sido fue corresponsal de prensa en Londres y París antes de recalar en Moscú cuando Borís Yeltsin era presidente. Su labor en la Rusia que casi estrenaba la independencia le valió en 1994 el Premio del Club Internacional de Prensa al mejor trabajo periodístico en el extranjero. Ha escrito en solitario "La segunda oportunidad" (2003) y junto a Sara Gutiérrez, entre otros libros, "Rusia en la encrucijada" (1997).
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En las semanas previas al estallido bélico, antes incluso de que en las calles del mundo resonara el grito No a la guerra, un grupo de mujeres españolas entre las que se encontraban artistas, escritoras, periodistas y actrices de diferente edad y condicion, visitaron Iraq con la intencion de contribuir a parar la guerra. Lo que las atormentaba era la certeza de que, en estos tiempos de alta tecnologia, cuando los hombres siguen yendo al frente aunque los combates no se libran en los campos de batalla, las mujeres y los niños iban a conformar de nuevo el grueso de los daños colaterales, execrable eufemismo que apenas sirve para ocultar a los muertos civiles.
Periodistas, músicos y actores, empresarios, médicos y cocineros, deportistas y filósofos, pintores, ganaderos, fiscales y toreros... Diecisiete entrevistas, treinta y cuatro personas y una pregunta: ¿ Por que algunos hijos siguen los pasos profesionales de sus padres? En este libro se da respuesta a esta y a otras cuestiones, y se esboza al tiempo un retrato de la cambiante y cambiada sociedad española, de la que los personajes elegidos son insignes representantes. El proposito de las autoras, era explorar a partir de un encuentro que invitara a la reflexion, las relaciones paterno-filiales entre varones, porque suponian que ellos establecen vinculos especiales como, entre otros el aspecto de la herencia profesional.
Una medica y una periodista españolas, que meses atrás se habían conocido en Moscú, decidieron subirse al Transiberiano en el verano de 1994, tan solo dos años y medio despues de que finalizase la Perestroika, para pulsar la realidad profunda de una Rusia en crisis que, sospechaban, tenia poco que ver con su capital. La estacion termino era Vladivostok, ciudad de Siberia proxima a las fronteras con China y Corea del Norte. Por el camino se detuvieron en Ekaterimburgo, Irkustk (desde donde aprovecharon para navegar el Baikal de sur a norte) y Jabarosk. Ahora, recuperan aquel viaje y lo rememoran en paralelo a la historia de un ferrocarril que fue, es y sera mas que un tren: un instrumento de union para un pais inmenso, la aventura de una red ferroviaria que forjo un imperio.