Bonnet estudia la trasferencia en la cura misma. Más aún: la acuesta en el diván, la deja hablar, la interpreta en todos sus matices, también los negativos, en una escucha actual. El autor se apoya en la experiencia del sintoma y en los relatos de casos; asi consigue redefinirla y precisarla. Insiste en que la trasferencia en el analisis adviene como un canto de dos voces que permanecen siempre ajenas una a otra porque parten de puntos opuestos, siempre corridos el uno en relacion con el otro. Asimismo destaca que esas dos voces se llaman y se responden en tres registros diferentes, que se relacionan con las tres instancias de la segunda topica freudiana. La obra demuestra, por ultimo, que lo esencial de la trasferencia no se situa, como a menudo se afirma, en la relacion misma, sino que mas bien es preciso buscarlo en los objetos trasferenciales que circulan entre los protagonistas.