Alden Clay no existe. Pero no es el único. Son tantos los que son como él… Trabajan, tienen una casa, una familia… y, sin embargo, no existen. Son los ciudadanos ideales de un mundo ideal. Son la van
Una familia decididamente singular, la de los Pennycoat de Downcourt. Una familia de asesinos sanguinarios. Pero una maldición, desencadenada tras la terrible condena a muerte del inocente Hezel, los esta exterminando. Y para Dylan comienza una carrera contrarreloj debe encontrar al ultimo de los Pennycoat: aquel que guarda las memorias del subsuelo.
¿Qué vacío deja una leyenda que muere? Una pregunta trágicamente inútil si quien la plantea lo hace meramente en términos económicos. Así, el Lago Ness, asfixiado entre los intrigas de una multinacional con intereses en los derechos comerciales de Nessie, las extrañas maquinaciones de los alcaldes de la zona y la estupida violencia de aquellos que desearian matar a la misteriosa criatura del lago, se arriesga a acabar su milenaria existencia en una larga y melancolica agonia. O, al menos, eso es lo que ocurriria si no estuviese por la zona un tal Dylan Dog...