Jesús Fernández González

Actualmente para entender a Dios acudimos a la antropología cultural e histórica. La razón cultural incluye a Dios que pasa a ser un presupuesto de la cultura. Comienza el tiempo de la antropología y de la cultura para acceder al problema de Dios. Con este estudio, sobre la historia de la antropologia cristiana, pretendemos reforzar la visibilidad cultural del cristianismo a lo largo de la historia en un proceso de fusion, que no de confusion. Partiendo de la conocida relacion entre las ciencias y la teologia y despues de admitir el estatuto cientifico de la misma, ahora caminamos hacia una reaccion y redaccion cultural de la fe que ya viene precedida de todo el siglo XX. La civilizacion moderna se lanza al agua para rescatar al misterio conjunto de Dios y del hombre. Podemos hablar de un nuevo renacimiento cultural de la fe cristiana.

Durante muchos siglos la cultura parecía pertenecer al cristianismo, a la teología. Hoy día, el lenguaje teológico pertenece a la cultura donde la antropología sirve de mediadora. La cultura es esencialmente histórica y el cristianismo participa de dicha condición temporal a través de la razón antropológica de cada momento. El problema de Dios no escapa a esta condición y a esta temporalidad cultural. Antes para entender a Dios acudíamos al ser. Ahora, para entender a Dios acudimos a la antropología cultural e histórica. Preocupados por la fenomenología o trazado de las vías de acceso, Dios era una meta, llegada o destino de la razón. Actualmente, la razón cultural incluye a Dios que pasa a ser un presupuesto de la cultura. Se ha acabado la nube de la metafísica y comienza el suelo, la tierra de la antropología y de la cultura para acceder al problema de Dios. Con este ensayo sobre la historia de la antropología cristiana no buscamos una convalidación cultural de la fe o de la teología pero sí, un derecho a estar presente en la constelación de las ciencias actuales y determinar su concepto. El cristianismo

La oportunidad y la pertinencia de esta publicación consisten en subrayar ante la sociedad la importancia que el viaje tuvo para muchos de nuestros universitarios, o la desrazón y la oscuridad de aquellas etapas en las que las fronteras van a vencer sobre los viajes. Es, en definitiva, una buena ocasion para acordar cual es la mision de la universidad y nuestra obligacion de seguir civilizandonos por medio del intercambio y el viaje del conocimiento.