Manel Pérez es periodista especializado en información económica. Ha trabajado para diarios como el 5 días y El País, donde se dedicó al periodismo de investigación y fue corresponsal de economía internacional. En el 2000 se incorporó a La Vanguardia y desde el año 2005 es subdirector con responsabilidad en la sección de Economía. Antes de entrar en el mundo del periodismo, trabajó en el Grupo Planeta DeAgostini y en 1996 fue coautor JR El Tiburón, sobre el empresario y abogado español Javier de la Rosa. En 2012 el Colegio de Economistas de Cataluña le otorgó el premio a la mejor trayectoria profesional en la difusión de la Economía, en la XVII edición de los premios Joan Sardà Dexeus.
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Un retrato de los poderes económicos y sociales de Cataluña y del proceso que llevó a la desaparición de su influencia política.La burguesía catalana acumula un siglo de decadencia. Lejos queda la época en la que comandaba la politica y la economia española, lideraba la banca y el mundo empresarial. Una realidad encubierta durante decadas, en buena parte gracias a la contribucion del pujolismo durante su larga etapa de gobierno, que fomento un relato romantico sobre su presencia social. Hasta que llego elproces y un mundo menos glamuroso quedo al descubierto. Durante esta ultima decada prodigiosa el poder economico catalan perdio autoridad social y politica. Pese a ello, no ha desaparecido. Sigue viva. Existe, es fuerte y actua. Y no solo en Cataluña; tambien en Madrid y en buena medida en el conjunto de la economia española. Este libro pretende ser una cronica periodistica sobre esa elite economica, el gran empresariado, y su comportamiento politico y economico desde 2010 hasta hoy, sin obviar su papel en el 1 de octubre. Un relato que pone de manifiesto que, pese a todo, las personas que la componen siguen siendo un actor politico, cultural y economico relevante en la sociedad catalana; lejos del discurso de las ultimas decadas que habia decretado su completa desaparicion.Anton Costas, presidente del Cercle dEconomia durante algunos de los años calientes delproces, se formulaba una pregunta en las paginas de La Vanguardia:¿Por que la burguesia catalana no freno la deriva independentista del nacionalismo catalan y consintio, cuando no alento, el proces?. El mismo ensayaba una respuesta:Habia perdido la influencia politica que habia tenido en el pasado. Esa perdida de autoridad o de control no fue subita o sobrevenida, sino paulatina. En verdad, llevaba un siglo gestandose, desde que en los años veinte del siglo xx perdio el tren del poder y la influencia en los resortes del Estado, en el ambito politico; el de la concentracion bancaria, en el economico y, finalmente, el de la direccion del movimiento nacionalista catalan, al que dejo de considerar ya en aquel momento un proyecto politico seguro. Despues se diluyo en el franquismo, al que agradecio la devolucion de sus propiedades. Y se dedico a hacer negocios desentendiendose de la politica y la ambicion de poder.
La burguesía catalana acumula un siglo de decadencia. Lejos queda la época en la que comandaba la política y la economía española, lideraba la banca y el mundo empresarial. Una realidad encubierta durante decadas, en buena parte gracias a la contribucion del pujolismo durante su larga etapa de gobierno, que fomento un relato romantico sobre su presencia social. Hasta que llego el proces y un mundo menos glamuroso quedo al descubierto. Durante esta ultima decada prodigiosa el poder economico catalan perdio autoridad social y politica. Pese a ello, no ha desaparecido. Sigue viva. Existe, es fuerte y actua. Y no solo en Cataluña; tambien en Madrid y en buena medida en el conjunto de la economia española. Este libro pretende ser una cronica periodistica sobre esa elite economica, el gran empresariado, y su comportamiento politico y economico desde 2010 hasta hoy, sin obviar su papel en el 1 de octubre. Un relato que pone de manifiesto que, pese a todo, las personas que la componen siguen siendo un actor politico, cultural y economico relevante en la sociedad catalana; lejos del discurso de las ultimas decadas que habia decretado su completa desaparicion.Anton Costas, presidente del Cercle dEconomia durante algunos de los años calientes del proces, se formulaba una pregunta en las paginas de La Vanguardia: "¿Por que la burguesia catalana no freno la deriva independentista del nacionalismo catalan y consintio, cuando no alento, el proces?". El mismo ensayaba una respuesta: "Habia perdido la influencia politica que habia tenido en el pasado". Esa perdida de autoridad o de control no fue subita o sobrevenida, sino paulatina. En verdad, llevaba un siglo gestandose, desde que en los años veinte del siglo xx perdio el tren del poder y la influencia en los resortes del Estado, en el ambito politico; el de la concentracion bancaria, en el economico y, finalmente, el de la direccion del movimiento nacionalista catalan, al que dejo de considerar ya en aquel momento un proyecto politico seguro. Despues se diluyo en el franquismo, al que agradecio la devolucion de sus propiedades. Y se dedico a hacer negocios desentendiendose de la politica y la ambicion de poder.