Con el presente trabajo, en el que se aborda un tema hasta ahora muy poco estudiado, Marcos Sarmiento rinde homenaje a los intérpretes que hicieron posible la mediación lingüístico-cultural durante los aproximadamente dos siglos que duró el proceso de conquista y aculturación de las Islas Canarias.
Ordenados cronológicamente, se presentan los textos escritos por autores alemanes sobre las Islas Canarias desde 1494 hasta 1865. A las primeras noticias breves de finales del siglo XV, siguen los primeros informes de viajes de alemanes que, de camino hacia América, pasaron por las Islas en el siglo XVI. En una segunda fase, se analizan las primeras descripciones del Archipiélago en lengua alemana. La breve, pero sumamente productiva estancia de Humboldt en Tenerife, en 1779, marca un nuevo rumbo y, tras él, va llegando el segundo grupo de viajeros y los primeros naturalistas del siglo XIX. Con Leopold Von Buch se inicia en 1815 una nueva y valiosa aportación a la investigación de la Geología del archipiélago, y Georg Hartung realiza la primera descripción geológica de Lanzarote y Fuerteventura. Julius F. Von Minutoli nos deja un primer estudio socioeconómico de las Islas. En el botánico Hermann Schacht visita el Archipiélago por motivos de salud, por lo que constituye el primer turista alemán en las Islas del que tenemos constancia por escrito. Finalmente, el botánico y ornitólogo Carl Bolle, que pasó en las Islas dos años, realizó una considerable aportación científica la investigación de la Flora y la Ornitología Canarias.
El zoólogo alemán Ernst Haeckel, uno de los científicos más brillantes del siglo XIX, fue el impulsor en Alemania de la revolucionaria teoría de Charles Darwin y el más convencido darwinista fuera de Inglaterra. En aquel contexto realizó investigaciones relevantes en Lanzarote en 1866-67, acompañado por sus colega Richard Greeff y sus estudiantes Nikolai Nikolajewitsch Mikloucho-Maclay, ruso, y Hermann Fol, suizo. Aunque sólo tenía 32 años, ya era catedrático de Zoología, había llevado a cabo una reforma global de la Biología y planteado sus postulados evolucionistas más conocidos: La Ley biogenética fundamental y la Teoría de la gástrea. En el presente trabajo, que recoge las hermosísimas imágenes salidas del pincel Haeckel y sus tres acompañantes, se dilucidan los pormenores de aquella expedición científica: el primer encuentro del joven catedrático con Darwin, la estancia de los cuatro naturalistas en Arrecife, los resultados científicos obtenidos..., dejando constancia de su irrefutable contribución al fundamento de los mencionados postulados, hasta entonces meras hipótesis. De este modo, la frustrada visita de Darwin a Tenerife quedó sobradamente compensada, y las Canarias aportaron su grano de arena al estudio sobre el origen y la evolución de las especies. El Myxobrachia de Lanzarote, la Guancha blanca, el Talassema baronii..., quedaron para siempre vinculados al puerto de Arrecife, y el nombre de Lanzarote, grabado en las imperecederas páginas sobre el evolucionismo.
Esta obra se encuadra en los estudios sobre historia de la traducción y la interpretación. Las Islas Afortunadas, como se conoció a las Canarias en la Antigüedad, fueron la primera zona de contacto en la expansión europea hacia el Atlántico a finales de la Edad Media y, desde el descubrimiento de América, encrucijada tricontinental. Conquistadores, aborígenes, esclavos africanos, mercaderes, cónsules, marinos, científicos del Viejo Continente, la Inquisición, turistas... impregnaron la España insular atlántica de multilingüismo y generaron una intensa actividad translatoria, cuya investigación es aún uno de los blank spaces (lagunas) a los que aludía el profesor J. C. Santoyo hace algunos años. En este contexto se presentan unas primeras muestras del conjunto que está por investigar, desde el siglo XV hasta la actualidad, y se perfilan las líneas maestras para su estudio global en el grupo de investigación Actividad translatoria, Interculturalidad y Literatura de viajes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El libro, dirigido a estudiantes, profesores y estudiosos de la historia de la traducción y la interpretación, pone de manifiesto que el pequeño archipiélago atlántico ha sido siempre receptor de múltiples culturas.