Cincuenta años después de la Shoah y treinta después del Concilio Vaticano II, un número creciente de cristianos empieza a leer el Nuevo Testamento a la luz de la cultura judía que le vio nacer. Tal aproximacion es capaz de renovar todos los viejos topicos de las relaciones de Jesus con el judaismo, que ha sido el fermento del antisemitismo desde hace dos milenios. Ningun autor se habia atrevido hasta ahora a volver a integrar el evangelio, de un modo sistematico, dentro de la logica que, sin embargo, le pertenece: la Torah oral.