La escalada de los precios de la vivienda en las principales ciudades occidentales ha abierto profundos abismos de desigualdad entre personas que ganan los mismos salarios pero que empiezan a diferenciarse por su condicion de propietarios o inquilinos.El aumento de la desigualdad se ha convertido ya en el rasgo definitorio de nuestra era. La crisis del petroleo de 1970, la financiera de 2008 y la pandemia del Covid-19, entre otras, han ido transformando esa desigualdad; y, sin embargo, las herramientas con las que intentamos entenderla son las mismas desde hace demasiado tiempo. En este iluminador ensayo, Lisa Adkins, Melinda Cooper y Martijn Konings exponen que en una economia de activos como la que vivimos, el conflicto social ya no es patron y trabajador, sino entre propietario e inquilino. trabajo ha dejado de ser el valor fundamental para definir la clase social; su lugar lo ha ocupado el ser o no propietario de una o mas propiedades inmobiliarias. El libro empieza con un breve recorrido historico que empieza con la promesa a la generacion del baby boom del ascenso social a traves de la vivienda, y termina con la constatacion millennial de lo contrario: que esta propiedad se ha convertido en un segregador social que canaliza las rentas de la mayoria social hacia una minoria. A continuacion, se exploran fenomenos ampliamente debatidos pero poco comprendidos, como la dinamica de la inflacion inmobiliaria urbana, los cambios en la politica monetaria y la responsabilidad de los politicos de la tercera via en estos cambios o el papel de los fondos buitre.Esta edicion se completa con Un pais salvaje, un ensayo introductorio de Javier Gil que adapta las propuestas del libro al contexto español y lo conecta con las tensiones sociales recientes para avanzar una hipotesis, que es a la vez una oportunidad: la forma en la que se articule la sociedad en torno a la vivienda definira el conflicto de clase de las proximas decadas.
El aumento de la desigualdad se ha convertido ya en el rasgo definitorio de nuestra era. La crisis del petróleo de 1970, la financiera de 2008 y la pandemia del Covid-19, entre otras, han ido transformando esa desigualdad; y, sin embargo, las herramientas con las que intentamos entenderla son las mismas desde hace demasiado tiempo. En este iluminador ensayo, Lisa Adkins, Melinda Cooper y Martijn Konings exponen que en una economia de activos como la que vivimos, el conflicto social ya no es patron y trabajador, sino entre propietario e inquilino. trabajo ha dejado de ser el valor fundamental para definir la clase social; su lugar lo ha ocupado el ser o no propietario de una o mas propiedades inmobiliarias.El libro empieza con un breve recorrido historico que empieza con la promesa a la generacion del baby boom del ascenso social a traves de la vivienda, y termina con la constatacion millennial de lo contrario: que esta propiedad se ha convertido en un segregador social que canaliza las rentas de la mayoria social hacia una minoria. A continuacion, se exploran fenomenos ampliamente debatidos pero poco comprendidos, como la dinamica de la inflacion inmobiliaria urbana, los cambios en la politica monetaria y la responsabilidad de los politicos de la tercera via en estos cambios o el papel de los fondos buitre.Esta edicion se completa con Un pais salvaje, un ensayo introductorio de Javier Gil que adapta las propuestas del libro al contexto español y lo conecta con las tensiones sociales recientes para avanzar una hipotesis, que es a la vez una oportunidad: la forma en la que se articule la sociedad en torno a la vivienda definira el conflicto de clase de las proximas decadas.