Este poemario es un abrazo caluroso, un escupitajo en un ojo no es más que la bofetada de esta poetisa a su mundo, que es también el nuestro. Este cinismo crudo y divertido, esta humillación hacia uno mismo es digna de los sabios de barra que piden una cuando tienen la otra medio llena. El poema habla con voz de volcán, para que nadie pueda escapar a sus palabras. Los mensajes de Nuria son la ingenuidad contada como parte de la experiencia que todavía no es definitiva, la carta de adolescente tachada y corregida por sí misma cuatro años más tarde.
Hay quien querrá ver en este libro de belleza innegable un tratado sobre la condición femenina o un sutil manifiesto sobre la sexualidad de las mujeres (...)Errarán sin duda, como también lo harán quienes pretendan encontrar entre estas páginas simple materia de controversia, atrevimiento vacuo o mero ejercicio estético. Lo que este libro encierra es poesía pura concebida como vehículo en el que se sostiene un análisis íntimo de la mirada propia y ajena, más emparentado con el atrevimiento y la franqueza de L\'Origine du monde de Courbet que con el exhibicionismo casi pornográfico al que ya nos tienen acostumbrados ciertos programas de televisión (...). GRACIA IGLESIAS