Pablo del Hierro es profesor de Historia Global en la facultad de artes y ciencias de la Universidad de Maastricht, Holanda. Se especializa en relaciones internacionales e historia política del siglo XX, centrándose en movimientos de extrema derecha y el (neo)fascismo.
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De la mano de Pablo del Hierro redescubrimos un Madrid que actuó como centro de negocios oscuros a menudo vinculados al mundo del arte, como refugio seguro para jerarcas fascistas donde la naciente justicia internacional no se aplicaba, como nodo de las rutas de escape ?rutas de ratas? entre la Europa continental y Latinoamerica (y viceversa), y como punto de encuentro de una extrema derecha que no renunciaba al terror mientras aspiraba a incidir nuevamente en el futuro politico de sus antiguos paises. Simultaneamente al Madrid vital y antifranquista, la capital española se consolido como la gran urbe de la actividad y el imaginario neofascistas. Rescatar esa historia oscura y abyecta nos permite entender su papel como eslabon imprescindible que conecta la victoria franquista y la dispersion fascista post-1945 con los atentados ultras durante la Transicion española y algunos de los amenazantes movimientos de nuestros dias.Los grandes regimenes fascistas europeos fueron derrotados en las trincheras de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, muchos de sus paladines lograron esconderse a la espera de tiempos mejores, escapar bajo nuevas identidades a terceros paises o reciclarse como peones de la nueva Guerra Fria. Toda esta diversidad de circunstancias convergio, en un momento u otro, en una misma geografia: Madrid. Asi, mientras la España franquista intentaba borrar cualquier recuerdo de sus simpatias en favor de Hitler y Mussolini y realinearse como baluarte catolico y anticomunista, la capital española ejercia de facto como la principal Metropolis neofascista. De la mano de Pablo del Hierro redescubrimos un Madrid que actuó como centro de negocios oscuros a menudo vinculados al mundo del arte, como refugio seguro para jerarcas fascistas donde la naciente justicia internacional no se aplicaba, como nodo de las rutas de escape ?rutas de ratas? entre la Europa continental y Latinoamerica (y viceversa), y como punto de encuentro de una extrema derecha que no renunciaba al terror mientras aspiraba a incidir nuevamente en el futuro politico de sus antiguos paises. Simultaneamente al Madrid vital y antifranquista, la capital española se consolido como la gran urbe de la actividad y el imaginario neofascistas. Rescatar esa historia oscura y abyecta nos permite entender su papel como eslabon imprescindible que conecta la victoria franquista y la dispersion fascista post-1945 con los atentados ultras durante la Transicion española y algunos de los amenazantes movimientos de nuestros dias.
La capital de España como una urbe fundamental en el proceso de reconfiguración del viejo movimiento totalitario.De la mano de Pablo del Hierro redescubrimos un Madrid que actuó como centro de negocios oscuros a menudo vinculados al mundo del arte, como refugio seguro para jerarcas fascistas donde la naciente justicia internacional no se aplicaba, como nodo de las rutas de escape rutas de ratas entre la Europa continental y Latinoamerica (y viceversa), y como punto de encuentro de una extrema derecha que no renunciaba al terror mientras aspiraba a incidir nuevamente en el futuro politico de sus antiguos paises. Simultaneamente al Madrid vital y antifranquista, la capital española se consolido como la gran urbe de la actividad y el imaginario neofascistas. Rescatar esa historia oscura y abyecta nos permite entender su papel como eslabon imprescindible que conecta la victoria franquista y la dispersion fascista post-1945 con los atentados ultras durante la Transicion española y algunos de los amenazantes movimientos de nuestros dias.Los grandes regimenes fascistas europeos fueron derrotados en las trincheras de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, muchos de sus paladines lograron esconderse a la espera de tiempos mejores, escapar bajo nuevas identidades a terceros paises o reciclarse como peones de la nueva Guerra Fria. Toda esta diversidad de circunstancias convergio, en un momento u otro, en una misma geografia: Madrid. Asi, mientras la España franquista intentaba borrar cualquier recuerdo de sus simpatias en favor de Hitler y Mussolini y realinearse como baluarte catolico y anticomunista, la capital española ejercia de facto como la principal Metropolis neofascista.
La capital de España como una urbe fundamental en el proceso de reconfiguración del viejo movimiento totalitario.De la mano de Pablo del Hierro redescubrimos un Madrid que actuó como centro de negocios oscuros a menudo vinculados al mundo del arte, como refugio seguro para jerarcas fascistas donde la naciente justicia internacional no se aplicaba, como nodo de las rutas de escape rutas de ratas entre la Europa continental y Latinoamerica (y viceversa), y como punto de encuentro de una extrema derecha que no renunciaba al terror mientras aspiraba a incidir nuevamente en el futuro politico de sus antiguos paises. Simultaneamente al Madrid vital y antifranquista, la capital española se consolido como la gran urbe de la actividad y el imaginario neofascistas. Rescatar esa historia oscura y abyecta nos permite entender su papel como eslabon imprescindible que conecta la victoria franquista y la dispersion fascista post-1945 con los atentados ultras durante la Transicion española y algunos de los amenazantes movimientos de nuestros dias.Los grandes regimenes fascistas europeos fueron derrotados en las trincheras de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, muchos de sus paladines lograron esconderse a la espera de tiempos mejores, escapar bajo nuevas identidades a terceros paises o reciclarse como peones de la nueva Guerra Fria. Toda esta diversidad de circunstancias convergio, en un momento u otro, en una misma geografia: Madrid. Asi, mientras la España franquista intentaba borrar cualquier recuerdo de sus simpatias en favor de Hitler y Mussolini y realinearse como baluarte catolico y anticomunista, la capital española ejercia de facto como la principal Metropolis neofascista.