Muchas y deslumbrantes sorpresas nos ha deparado la narrativa mexicana de estos últimos años, como atestigua nuestro catálogo tanto en México como en España. Nos satisface ahora acoger a Sealtiel Alatriste, un autor ya consagrado en su pais, y su novela mas reciente, Conjura en La Arcadia, una obra compleja y exquisita, divertida y pesimista a un tiempo. Escrita desde el convencimiento intimo de la inevitable derrota de los ideales revolucionarios que recorrieron el siglo pasado, reivindica no obstante la necesidad de dar razon de aquellas vidas que son, a la postre, las que dan razon de las nuestras. En el caotico Mexico de las primeras decadas del siglo XX, Uriel Eduardo Alatriste, joven secretario de actas del Ministro sin Cartera del Supremo Jefe (entiendase: del presidente de la Republica), registra con pasion de miniaturista, el mundo que le toco vivir. Desde la privilegiada atalaya que le ofrece el despacho ministerial instalado en la cantina La Arcadia, Uriel, implacable fedatario de los acontecimientos, describe las circunstancias que rodearon el supuesto secuestro del consul estadounidense en Puebla en agosto de 1919 y la posterior amenaza de invasion del gobierno norteamericano. Su narracion llega al lector en forma de relato torrencial, tragicomico y pintoresco, desplegandose en multiples tramasintrigas palaciegas, asonadas, amores, traiciones y venganzasy personajespoliticos y matones, putas y poetas, timadores y coristasque van tejiendo una tupida urdimbre multicolor, vitalista y desencantada, teñida de un impagable sentido del humor.
«Un enorme mazazo se cernía sobre tu cabeza y eras incapaz de verlo.»Sergi Soler, el protagonista de esta novela, está en su mejor momento: es un reconocido editor y promotor cultural, ocupa un impor
Con elementos del folclor mexicano, en el ambiente típico de una vecindad, en esta novela, breve y a la vez compleja, el autor explora, con distintos niveles de significado, la cultura popular, al mezclar ecos literarios y tradiciones. Con un excelente ritmo de narracion y un lenguaje lleno de terminos de liturgia y de pintura, Tan pordiosero el cuerpo tiene, en efecto, rasgos barrocos al unir elementos contrastantes -luz y sombra, vida y muerte, contemplacion y sensualidad- y al llegar al abigarramiento de imagenes y simbolos. El corazon de la obra es el arte como medio para encarar enigmas, mas que el argumento, mas que la historia narrada.