When private detective Gerhard Self's chum asks Self to investigate some strange alterations to computer files, it looks to be a relatively routine case, save for the coincidental car-crash death of
Un grupo industrial farmacéutico ha encargado al detective privado Gerhard Selb, de 68 años, que busque a un pirata informático que pone en jaque el sistema informático de la empresa que dirige su cuñado. A lo largo de la resolucion del caso debera enfrentarse a su propio pasado como joven y resuelto fiscal nazi, y encontrar una solucion particular para esclarecer dos asesinatos cuya herramienta ingenua habia sido.En esta esplendida novela, escrita por Bernhard Schlink y Walter Popp, aparece por primera vez el investigador Selb, cuyas siguientes peripecias nos relatara, ya en solitario, el autor de El lector en otras dos novelas.Con razon se pueden esperar con impaciencia las anunciadas futuras investigaciones de Selb (Mannheimer Morgen).Gerhard Selb esta a la altura de los grandes detectives ingleses y americanos, desde Philip Marlowe hasta Maigret, a su manera muy especial, la manera alemana (Wochenpresse).
Gerhard Selb, un veterà detectiu privat alemany, ha de posar fi, per encàrrec d?un gran consorci químic, a les activitats d?un pirata informàtic que s?ha introduït al sistema de l?empresa, situada al
Un grupo industrial farmacéutico ha encargado al detective privado Gerhard Selb, de 68 años, que busque a un pirata que pone en jaque el sistema informático de la empresa que dirige su cuñado. Mientras trata de resolver el caso debera enfrentarse a su propio pasado como joven y resuelto fiscal nazi, y encontrar una solucion particular para esclarecer dos asesinatos de los que habia sido una herramienta ingenua.En esta excelente novela, escrita por Bernhard Schlink y Walter Popp, aparece por primera vez el investigador Selb, cuyas siguientes peripecias nos relatara, ya en solitario, el autor de El lector en otras dos novelas.Una obra esplendida. Selb tiene 68 años, es investigador privado, fuma como un descosido, le encanta beber de aperitivo un aviateur (campari, zumo de pomelo y champan a partes iguales), tiene un gato y se enamora. Selb trabajo en la fiscalia de Heidelberg durante el nazismo y fue un entusiasta nacionalsocialista. Acabada la guerra, tuvo que buscarse la vida y se hizo detective. Tiene un sentido de la justicia muy personal. En La justicia de Selb hay corrupcion, delitos ecologicos, piratas informaticos, crimenes de guerra que reaparecen y, lo mas tremendo, Selb tiene que enfrentarse a su propio pasado (Rosa Mora, El Pais).En la estela de los protagonistas de Chandler, Hammett, Highsmith y...
Un grupo industrial farmacéutico ha encargado al detective privado Gerhard Selb, de 68 años, que busque a un pirata informático que pone en jaque el sistema informático de la empresa que dirige su cuñado. A lo largo de la resolucion del caso debera enfrentarse a su propio pasado como joven y resuelto fiscal nazi, y encontrar una solucion particular para esclarecer dos asesinatos cuya herramienta ingenua habia sido.En esta esplendida novela, escrita por Bernhard Schlink y Walter Popp, aparece por primera vez el investigador Selb, cuyas siguientes peripecias nos relatara, ya en solitario, el autor de El lector en otras dos novelas.