GENES Mi propio ancestro, el Homo Antecesor, que en paz descanse en la Cima de los Huesos, fue un caníbal tumbado plácidamente en los hierbajos de la gran zona gris ¿inconsciente?
Desde los poemas de Baltadzhieva se divisa la Vía Láctea. Por eso, la primera condición que ponen al lector es que tome conciencia de su insignificancia; y la segunda, que ame, pese a todo, la realidad terrena. En sus versos, la justicia que siempre es poetica respira por la herida de lo esencial: esa verdad tan sencilla que ninguna palabra puede atrapar, pero hace latir el corazon del lenguaje.