En el segundo tercio del siglo XIX surge en Granada la familia Calderón. Una estirpe, instituida de facto por doña Concha Molina Henry y llamada a descollar, que brillaría sobremanera, no sólo en la ciudad sino en España, produciendo obras y gestos singulares; como especial legado dejo, en la Alhambra, el carmen de Los Martires. A finales de 1891, con la muerte del ultimo vastago varon, el apellido se pierde y la esplendorosa familia quedo sumida en el olvido, cual cometa que se fue o pavo real que marcho sigiloso una vez exhibida su deslumbrante rueda. Desvinculados por la memoria colectiva de los vestigios que dejaron, los Calderon han permanecido ignorados durante mas de un siglo y tal vez llego el momento de rescatar su recuerdo.