Libros de Fotografía paisajista, página 11 de 38

Con la Edition Panorama Bibliothek presentamos una selección de las fotografías panorámicas más bellas de nuestro programa. Los tomos de diseño clásico y equipados con finos materiales reproducen el singular espectro de la fotografía panorámica contemporánea.

Con la Edition Panorama Bibliothek presentamos una selección de las fotografías panorámicas más bellas de nuestro programa. Los tomos de diseño clásico y equipados con finos materiales reproducen el singular espectro de la fotografía panorámica contemporáne

Countless times, Helmut Hirler has mounted his motorcycle to travel to Spain for his life''s project. He tracked down even the most hidden Spanish castles and portrayed them in photographs that show his unique ability to achieve perfect compositions. This photo book depicts the whole spectrum of Spanish castles of the past thousand years, ranging from conserved and restored Castillos to almost completely derellict ruins.

Todos nuestros sentidos forman puentes entre nuestro entorno y nuestro yo. Nuestros ojos, por ejemplo, salvan el abismo que separa nuestro ego del bello mundo de los colores, las líneas y las formas. De esta forma nos permiten recrear de nuevo en nuestro cerebro, en nuestra fantasía, la fascinante variedad de las imágenes que nos rodean. Todos nos tomamos de vez en cuando un momento para contemplar y admirar los dinámicos arcos de un puente sobre un ancho río o un proceloso abismo. Todos hemos descubierto en ocasiones alguno de esos modestos puentecillos que sólo comunican dos casas. Y, por último, todos nos hemos parado asombrados ante esas gigantescas construcciones técnicas que cruzan bahías y estrechos marinos. Se podría pensar, al menos así parece, que se trata de la mera conexión física entre dos lugares separados; pero los puentes pueden hacer mucho más: los puentes narran historias.

Yogis envueltos en túnicas de color azafrán celebran su austera renuncia al mundo, mientras que especialistas en informática cumplen una estresante jornada de doce horas de trabajo. Junto a los esplendorosos palacios de mármol de los Maharadschas se pueden ver paupérrimas barracas hechas de plástico de embalaje que se llevarán las próximas lluvias del monzón. En el río Ganges, el río sagrado, chapotean alegremente los niños, mientras en la orilla se incineran cadáveres. Junto a un centro de tecnología espacial pasa un carro de bueyes. El aroma de la madera de sándalo apenas se adivina en el aire debido a la penetrante peste que procede de la cloaca abierta. En la India se pueden encontrar numerosos contrastes sorprendentes: la belleza junto a la monstruosidad, lo sublime junto a lo profano, inconmensurable riqueza junto a la más severa miseria, la era de la informática y la edad de piedra en la más estrecha vecindad. La India es la tierra de los extremos. También sus dimensiones son extremas. Extremadamente grandes. La superficie de la India podría abarcar desde el Cabo Norte hasta Belgrado y desde Bruselas a Moscú: en torno a 3200 kilómetros de norte a sur, más de 3000 kilómetros de este a oeste. A esa escala sí que queda sitio para los dioses. Mucho sitio para muchos dioses, ya que en el cielo hindú hay más de 330.000 de ellos. Pero ese número es relativo, ya que los dioses experimentan, al igual que los humanos, muchas reencarnaciones. Cada uno de esos avatares se venera como una deidad independiente. En la cumbre se encuentran Brahma, Vishnu y Shiva. Brahma es el creador del mundo y de todas las criaturas. Vishnu es el encargado de conservar la creación, mientras que Shiva encarna la destrucción y la renovación. Dos extremos en unión personal.

"Queremos ser libres como lo fueron nuestros padres; preferimos la muerte a vivir como esclavos". El principio, el fundamento de esta nación conforma -como ya lo expresó Schiller en su obra "Guillermo Tell"- este juramento pronunciado sobre una pradera. En el siglo XIII la casa real de Habsburgo dominaba Suiza. Pero a los orgullosos habitantes de los tradicionales cantones suizos -Uri, Schwyz y Unterwalden- eso no les parecía motivo suficiente como para someterse. Y es por eso que en agosto de 1291 se reunieron en una pradera a orillas del Lago de los Cuatro Cantones. Allí juraron ser "un pueblo unido de hermanos" y fundaron la "Alianza Eterna". Ese juramento sobre la pradera se convirtió en el nacimiento de la Confederación Helvética y le sirvió a Friedrich Schiller de inspiración para crear su drama sobre Guillermo Tell, ese mítico luchador por la libertad que, según la leyenda, mató al terrible senescal Gessler con su ballesta. A la casa real de Habsburgo no les agradó en absoluto la orgullosa independencia de los helvéticos, ya que el macizo de San Gotardo tenía demasiada importancia estratégica para ellos. Además los habitantes de Berna, Lucerna, Friburgo y Zúrich también aspiraban a liberarse del yugo de la opresión y decidieron cambiar de bando y unirse a la Alianza Eterna. Hoy en día Suiza consta de 26 cantones. Se trata de un país que no se convirtió en nación por sus circunstancias geográficas o su identidad cultural o idiomática, sino gracias a sus ansias de libertad. Una nación fruto de la voluntad de sus fundadores y que se expresa en cuatro idiomas: alemán, francés, italiano y romanche.

Sopla el viento y hace frío a pesar de que el sol luce desde hace horas. Aquí arriba dominan el azul, el gris, el verde y el blanco. Parece que el resto de los colores se hubieran desvanecido en la inmensidad del altiplano tibetano. El intenso azul del cielo, el gris paisaje lunar que forman las piedras, la arena y la estepa; de vez en cuando, verdes pastos aislados y al fondo las blancas cimas coronadas de nieve del Himalaya. En este ambiente transparente todos los elementos del paisaje parecen al alcance de la mano. No hay vapor que difumine los perfiles. Cada color, cada contorno, cada detalle se muestra con una impresionante claridad, se distingue acusadamente del trasfondo azul del vasto, casi interminable cielo. Tibet, el país de la nieve. El techo del mundo. Y esas denominaciones no son una exageración, ya que la altura promedio del Tibet es de 4 500 metros. Es el país más alto del planeta, el más cercano al cielo y está compuesto en casi dos terceras partes de macizos montañosos y estepas prácticamente despobladas. "Lha Gyal lo": ¡que venzan los dioses! Así se felicitan alegremente los tibetanos cada vez que han pasado algunos de los innumerables pasos de montaña. "Lha Gyal lo". Hemos alcanzado el paso de casi 5 000 metros de altura. Tenzin Rintschen, que está realizando su primer viaje de peregrinación, anuda su bandera de oración a las muchas otras que ya están ondeando en el cortante viento. Sus acompañantes apilan algunas piedras sobre las pirámides de cantos rodados que han ido formando los viajeros y peregrinos que pasaron anteriormente por allí. "Lha Gyal lo". Ya no queda mucho para alcanzar su objetivo, el Kailash, la montaña más sagrada de Asia. El Kailash, la joya de la nieve

For many years, Hungarian photographer Károly Pump has roamed Budapest with his panorama camera. Pump's prudently composed photographs convey the modern complexity of the metropolis on the Danube as much as the majestic dignity of an old European capital that is called the Paris of the East.

The severe black-and-white compositions by Michael Nischke not only depict the spectacular architecture of Dubai as an up and coming metropolis; making use of panorama photography, Nischke also succeeds in conveying the traditional life of the Souks in the midst of modern urban culture.

Prof. Jaroslav Poncar lived in India for three years and he extensively travelled all regions of the subcontinent. In this way these unique panorama photographs came into being and in addition to world-famous sites like Taj Mahal or the Golden Temple they also depict the everyday life of the people in the cities and in the country.

Helmut Hirler travelled thousands of kilometres in New Zealand over several weeks in order to record some unique impressions of this awe-inspiring landscape with his panorama camera. In addition to the luxurious nature on South Island, with its mountains and glaciers, he also captured the National Parks and beaches of North Island with his unparalleled infrared photography.

Catalunya és un país de paisatges espectaculars i diferents. Un mosaic de geografies contrastades que configuren un territori únic. De les dunes del Delta de l'Ebre als cims del Pirineu, el caliu humà que impregna el barri antic de Tarragona o les formes humanes i animals de Montserrat. Hi ha pocs països al món que gaudeixin d'aquesta diversitat. En aquest llibre hi trobareu un tast de tot això. Els fotògrafs Jordi Longás i Chopo han fet una selecció de fotografies dels millors racons dels 24 paisatges protagonistes de la sèrie de TV3 EL PAISATGE FAVORIT DE CATALUNYA. Els lectors que hi vulguin entrar trobaran també textos dels personatges que van protagonitzar la sèrie, textos que expliquen el lligam de la persona amb el paisatge, perquè el paisatge també és la gent. Finalment, hi ha una selecció de les fotografies enviades pels teleespectadors del programa.

És un dels paratges més desconeguts i fins ara probablement menys valorats del nostre territori, i tanmateix, si hi paréssim una mica d'atenció, hi descobriríem un paisatge extraordinari i un refugi excepcional per a moltes espècies animals, algunes de les quals en risc de l'extinció. Ornitòlegs de tot el món visiten els secans de Lleida desitjosos de veure en el seu hàbitat algun dels últims exemplars de gangues, xurres, sisons, esparvers cendrosos o xoriguers petits, i hi descobreixen un espai d'una enorme singularitat dintre del continent europeu. És per això que en els últims anys s'han alçat les veus de molts conservacionistes que treballen per defensar un territori que fins ara havia estat objecte d'escassa protecció.

The perfect compositions of Karl Lang's panorama photographs, depict the French capital in glorious colours and many different moods. On many a journey to the metropolis on the Seine, Lang not only found the famous sites, but also the small places, parks and streets that make Paris so love- and liveable.

The meticulously composed colour panoramas presented by Hans Gasser in this volume, not only depict enormous dunes, fertile oases and bizarre formations of rocks; they also convey the sense of freedom and vastness that the Austrian photographer has found time and again in the great African desert. For a long time now, Gasser has embarked almost every year for the Sahara in his own all-terrain vehicle and in the company of a small group of fellow travellers to create these serene and thoughtful images.

Jörg Heieck has travelled Tuscany countless times not only to portray such fascinating cities like Florence, Siena and Pisa with his panorama camera but also to create photographic views of the unique landscape. Time and again, Heieck succeeds in capturing that special atmosphere which is at the heart of Tuscany's fame.

¡Qué increíble pedazo de tierra en el extremo norte de Europa! Tres cuartas partes de Noruega, el país de las abruptas costas y los profundos fiordos, están cubiertas de montañas y mesetas desarboladas -los "fjellen"-, de lagos transparentes y de indomables ríos con rumorosas cataratas cuyas aguas brillan a la luz del sol como si transportasen miles de diamantes, de interminables bosques y hielos eternos. "El paisaje es tan bello, que hace daño", dijo en una ocasión la actriz noruega Liv Ullmann. Sosiego y soledad. Azul, verde y blanco. Estos colores se repiten en las numerosas islas diseminadas frente a las costas de Noruega: alrededor de 150.000, aunque sólo en torno a 2000 son habitables todo el año. Entre ellas se encuentran los Lofoten: un archipiélago que parece surgir del mar con su cadena de montañas como un espejismo. Un paisaje que parece sacado de un cuento. En él se pueden contemplar impresionantes cimas, muchas de las cuales superan los mil metros, que cubren toda la gama de aspectos posibles: algunas oscuras y desafiantes, otras cubiertas de un bello y atractivo color verde. Y no se pueden dejar de mencionar las playas de blancas arenas y el mar turquesa. ¡Qué panorama!: los pesqueros se mecen suavemente en los pequeños puertos del litoral, en el cielo trazan sus círculos las águilas marinas mientras los frailecillos comunes buscan su alimento, en las verdes praderas pastan las ovejas y las típicas casas nórdicas de madera refulgen con sus característicos colores rojo, amarillo, azul y verde.

Ésta es la verdadera perla del Pacífico. La más bella del país. La reina de la Costa Oeste. Una dinámica metrópoli ubicada sobre una península en el amplio y azulado delta del río Fraser. Una ciudad que cuenta con hileras de casas victorianas y una silueta que se recorta sobre un dramático marco natural de montañas de pronunciado color verde y cumbres cubiertas de deslumbrantes neveros. Vancouver. Esta ciudad se presenta con la rutina de una diva rodeada de su incomparable aura y su alegría de vivir. Aquí se ha conseguido la perfecta combinación entre el alegre ambiente de la Costa Oeste y la tradición cultural europea. Una mezcla de vida urbana y naturaleza salvaje. Muchísima naturaleza intacta delante de la misma puerta. Vancouver. Por las calles orea la suave brisa marina. En invierno no suele nevar, más bien son las playas las que caracterizan a esta ciudad que dispone de un centro urbano de dimensiones medias y unos suburbios muy cuidados que partiendo del pie de las cercanas montañas se adentran profundamente en el valle del río Fraser. Y la imagen queda redondeada por las empresas de alta tecnología, la dinámica vida comercial y la personalidad multicultural de esta ciudad: una creativa mezcolanza recompensada con una alta calidad de vida.

El contorno de Vietnam en el mapa recuerda una caña de bambú de cuyos extremos cuelgan dos cestos de arroz. El primero de los cestos de arroz sería el norte, dominado por el delta del Río Rojo, el segundo lo formaría el sur del país, básicamente ocupado por el delta del Mekong. Y entremedio de los dos cestos se encuentra una estrecha y larga lengua de tierra más bien árida de 900 kilómetros de longitud y que en algunos trechos apenas llega a los 50 kilómetros de anchura. Vietnam reúne todas las vistas: sierras salvajes y escarpadas en las que todavía viven recogidos pueblos de montaña, interminables playas de ensueño, solitarias bahías, pagodas, templos, pueblos flotantes, campos de arroz de un color verde profundo, canales, ríos, bosques de palmeras y tradiciones milenarias en fuerte contraste con el enfebrecido auge económico que actualmente experimenta el país. Todo eso es Vietnam. Y además de todo eso la impresión, sobre todo en las ciudades, de que este país nunca duerme. Miles de ciclomotores invaden las calles de Hanoi y la ciudad de Ho Chi Minh, la antigua Saigon. Y eso las veinticuatro horas del día. Las calles están repletas de incansables buhoneros, ajetreados quiosqueros de comida tradicional así como todo tipo de artesanos que no conocen pausa: todos ellos parecen encontrarse a gusto en esta vida que discurre a toda velocidad. Éste es un pueblo que quiere progresar. Se podría decir que Hanoi no tiene habitantes, sino dos o quizás tres millones de trabajadores autónomos y pequeños empresarios: aparcadoras de ciclomotores que se encargan de estacionar -casi se podría decir acumular- las motos en las aceras, vendedores de monedas de la fortuna o billetes de lotería, basureros por cuenta propia que recogen plástico o gente dispuesta a ayudar por unas monedas con su bomba de aire a los motociclistas. En el centro de la ciudad se encuentra el lago Hoan-Kiem. Allí, rodeados de un aura de respetuoso silencio, ancianos de ambos sexos practican sus ejercicios de Tai-Chi. Se podría decir que este sosiego es en esta urbe una excepción que despiert