Tartarín de Tarascón, el mitómano y fantasioso Tartarín, usando y aun abusando de los efectos que el espejismo produce en los calenturientos cerebros de los tarasconeses, se ha ganado fama de intrépido aventurero y hasta de audaz vapuleador de bandoleros chinos en Shangai. Pero un dia el espejismo deja de funcionar y Tartarin se ve obligado a marchar a tierras argelinas a la caza de leones inexistentes. Las aventuras africanas de Tartarin, con su dosis de humor, ironia e incluso satira del regimen colonial, mantienen el interes del lector en todo momento, que se encariña con este heroe en zapatillas, una estupenda aleacion provenzal de don Quijote y Sancho.