LADRONES DEL TIEMPO

Un encuentro misterioso. Un trabajo que puede salvar su familia. Un hombre ahogado en su propio pasado. En aquel bar donde Steven recae cuando las cosas en casa se vuelven insoportables, un anciano misterioso le hará entrega de una tarjeta con la dirección impresa donde deberá presentarse al siguiente día para una entrevista de trabajo. El lugar, situado en un apartado callejón de Londres, se encuentra cerrado herméticamente provocando que Steven caiga preso de la desesperación al no recibir respuesta al insistente sonido del timbre. Tras darse por vencido, Steven observa como la puerta se abre a su espalda poniendo fin a lo que parecía ser una broma macabra. Lo que encontrará en su interior irá cambiando su perspectiva de la realidad. Pronto sonará el viejo teléfono de disco negro que reposa sobre la mesa de la recepción, una llamada de alguien que parece conocerle y que parece estar arraigado a su terrible pasado. Quizás el único que pueda brindarle la oportunidad de salvar todo aquello que aún le importa. Todo a cambio de tiempo. Los problemas aumentarán cuando Steven descubra que aquella puerta por la que accedió y único sistema de entrada y salida, no parece disponer de ningún mecanismo de apertura. Pero aquel no es su único problema. A través de la cerradura puede observar como el escenario se ha transformado y encuestión de minutos la nieve ha cubierto todo el paisaje. Nieve en pleno mes de Agosto. Sumergido en una auténtica pesadilla, Steven descubrirá que nada es lo que parece. Algo ha llegado desde muy lejos para redimirse de su destino.