VOLVER A CANFRANC

Julián

16/12/2024

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La parte histórica y descriptiva de Canfranc Estación muy interesante para los que conocemos la zona. El tema galán bandolero me parece prescindible y de serie B

Iván García Pantoja

29/04/2024

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Maravillosa novela histórica sobre la estación de Canfranc alrededor del año 1943 en donde se nos cuenta una gran historia de ayuda y de asistencia a aquellos supervivientes que huían de la guerra en la segunda guerra mundial. Cabe destacar la interesante personalidad de los personajes principales como Jana y Durandarte pero sobre todo es de halagar la gran ayuda sin obtener nada a cambio que nos muestra la novela sobre aquellas personas que solo querían vivir tranquilas y en paz, teniendo que huir de sus hogares debido al horror. Una novela preciosa y a la vez humanitaria para recordar.

Gabriela Lemus

23/08/2023

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Una historia bastante bonita y bien explicada.

Elisa

06/07/2023

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Basado en un hecho real. Nos hallamos en marzo de 1943. El año anterior, el ejército alemán tomó la estación de Canfranc. Y ahí, en la falda de los Pirineos, se mecía con el viento la esvástica, anclada a la estación de Canfranc. Estación que sería una puerta a la libertad de los judíos. Juste, Jana y Durandarte, arriesgarán sus vidas para liberarlos. Un aduanero jefe, una camarera de hotel y un bandolero. Tres personas con una humanidad inigualable, jugándose la vida, llevando a cabo una de las misiones más arriesgadas. Poner a salvo a todos los judíos posibles. Una historia conmovedora. Con una narrativa muy bonita, la autora nos sumerge en la ideología de extrema derecha. A través de sus palabras, nos acercaremos a aquella época en la que el nacionalismo reinaba. También nos encontraremos con un amor que se va cociendo a fuego lento. De esos que son tan bonitos cuando suceden, y de los que no te vas dando cuenta de que te estás enamorando. El ritmo del libro es pausado. Me hubiese gustado que hubiese más acción. No obstante, la pluma de la escritora es ágil y muy bella y es un libro gustoso de leer. Además sus capítulos son cortos. Se nota el gran trabajo de documentación que hay tras el libro, por toda la información que aporta al lector. El final es como un castillo de fuegos artificiales. Apoteósico. Las últimas 50 páginas has de leerlas del tirón, porque se siente tanto con ellas, que no se deben interrumpir. Es de ese tipo de novelas que cuando las terminas te dejan una sensación de haberlo vivido por ti misma. La última frase es digna de tatuaje. Como curiosidad diré que cuando descubrí el motivo del título se me puso la piel de gallina.