Cuando Aisha era niña, quería ser una princesa en la obra de teatro de su escuela. Pero las cosas no salieron como ella quería y se sintió triste por cantar. Muchos años después, Aisha se convirtió en maestra. Vio que una de sus estudiantes también tenía problemas para cantar. Así que ella decidió ayudar a su estudiante, lo que la ayudó a enfrentar sus propios miedos y a triunfar.