Situada en la meseta norte, Castilla y León es, por su considerable extensión, una tierra de fuertes contrastes. Su superficie, más de 94.000 km2, la convierte en la región más extensa de la Comunidad Europea, pero su débil poblamiento -dos millones y medio de habitantes - ha permitido, hasta ahora, el mantenimiento de unas relaciones acordes entre sus pobladores y el entorno. No quiere decir esto que las alteraciones humanas en el paisaje no sean profundas. Como ocurre en cualquier lugar donde la historia se remonta a varios miles de años, la actividad del hombre es el principal agente moldeador del paisaje. Edición 2005