En 1827 se publica la primera edición de Opúsculos morales de Giacomo Leopardi. La inspiración gélida del libro, cósmica, metafísica, está en sintonía con la plena toma de conciencia de la falsedad de los mitos modernos, que han venido a sustituir las bellas ilusiones de los antiguos. El carácter intempestivo de sus mensajes se deja ver en el menosprecio que pronto suscita. En 1836, el primer volumen de la edición napolitana es secuestrado por la censura borbónica; en 1850 la obra entra a formar parte del Index librorum prohibitorum. Inadmisible para el catolicismo, el libro no es entendido mejor por los apóstoles del nuevo mito del progreso, que solo ven, y con horror, la inutilidad de una filosofía «pesimista y nociva». Serán lectores posteriores como Schopenhauer, Nietzsche y Benjamin quienes empiecen a «detonar» la carga de su legado. De ello se hace cargo el racimo de voces que ofrece este libro, y que quiere contribuir a la divulgación de la crítica leopardiana en el ámbito español y, en un sentido más amplio, a la difusión del pensamiento de Giacomo Leopardi. La obra pone de manifiesto el potencial profético de Leopardi en temas de tan candente actualidad como el antropocentrismo, el posthumanismo o la inteligencia artificial.