Tras su victoria en Tobruk, Rommel se preparaba para asestar el golpe de gracia al poder británico en Oriente Medio y de esta forma tener el control total del Mediterráneo hasta Egipto. Sin embargo, sus recursos se estaban evaporando poco a poco frente a la defensa de Auchinleck. Tras los cambios realizados por Churchill en el Mando de Oriente Medio, un meticuloso y peculiar comandante Bernard Law Montgomery, se dispuso a pasar a la ofensiva en El Alamein en octubre de 1942.