Las maquinarias de lo metaliterario no se detienen nunca. Sus engranajes establecen comunicaciones inesperadas, afinidades sutiles que revierten, incluso, el mismísimo flujo del tiempo.En estos relatos sobre el lenguaje, y sobre quienes dedican a él su vida, pueden encontrarse teclados nefastos, puertas secretas, autoras mecánicas, cerezas de carne, personajes mayestáticos, volúmenes diminutos, tintas inesperadas, correctores con forma de peonza y sándwiches de pepino en pan sin corteza.«Un adictivo calidoscopio de historias sobre historias, historias como drogas, purgatorios, máquinas extrañas y obsesiones. Angela Carter, Terry Pratchett, Kelly Link y Jeff Noon en la batidora».—Javier Calvo«Desde las estanterías, millones de universos esperaban que Ludwig los escogiera para encenderlos con sus ojos, y él los sentía bullir, estremecerse de potencialidad. Pensó una vez más, con tristeza, que no le daría tiempo a leerlos todos antes de morir, y le dio la impresión de que todos los libros que le rodeaban emitían un breve y sutil suspiro polvoriento.»