El comunicador narra veinticuatro horas en la vida de un presentador de un Talk-show televisivo. denuncia con ironía y cierto cinismo la influencia y la manipulación que la televisión ejerce sobre la sociedad. Está narrada en primera persona y simula, con un estilo ágil y directo, el discurso de un charlatán.Una buena dosis de humor negro para hablar de cómo manipular a la audiencia, atraer su atención e influir sobre su criterio. Es posible que, después de leer este libro, no vuelva a ver la televisión de la misma manera.Soy un comunicador, y eso implica muchas cosas. Soy un líder, un creador de opinión, un pensador, un juez, un ser supremo... Reúno en mi persona el poder que me otorga la audiencia, la todopoderosa audiencia, a la que alimento con unos contenidos que apelan directamente a sus instintos más primarios y les preservo, en la medida de lo posible, de la necesidad de utilizar sus cerebros para nada; mi objetivo es anestesiarlos.