En El deseo postergado, Mario Bojórquez habla con nosotros como si fuera el quien escuchara. Y en ese nosotros están tambien el Arcipreste de Hita, Berceo, Quevedo, Sor Juana, Alí Chumacero, Ruben Bonifaz y el sabor dulce-íamargo que sostiene los versos de Jose Alfredo Jimenez. Aquí están, dialogando con nosotros, con nuestra memoria de ayer y con la memoria del porvenir, todos los poetas que en el tiempo han sido, hablándonos con nuestra lengua maravillosa.