La mañana del 7 de octubre de 2023, el sur de Israel fue el escenario de una cacería humana despiadada. El movimiento fundamentalista islámico Hamás, que desde 2007 gobierna de facto la Franja de Gaza, invadió el territorio israelí con un operativo coordinado por tierra, aire y mar. Su objetivo era claro: matar a la mayor cantidad de gente posible, pero también mutilar cuerpos, torturar, violar a mujeres y niñas, tomar rehenes y llevarlos cautivos a Gaza. En unas pocas horas, más de 1.200 muertos, cientos de heridos, 240 rehenes y una nación entera sumida en el terror atestiguaban la dimensión de la barbarie.El gobierno de Israel declaró formalmente el estado de guerra. Emprendió una incursión militar con el objeto de recuperar a los secuestrados y destruir la capacidad armamentista y operativa del movimiento terrorista, que se esconde entre los civiles gazatíes. Pero ¿cuál fue la reacción de amplios sectores de la población mundial? ¿Qué hay detrás de la escasa solidaridad y la poca empatía recibidas por el pueblo de Israel "y los judíos en general" luego de la masacre? ¿Por qué el mundo acepta con naturalidad que haya organizaciones terroristas e incluso países que abiertamente declaran que anhelan la desaparición de Israel y que están dispuestos a llevarla a cabo? ¿Es Isra