Apollinaire nos propone en El paseante de las dos orillas un largo y asombroso paseo por el París vibrante de las vanguardias de principios del siglo XX.
La obra es una continuación de la tradición francesa de la flânerie que, más que un "paseo", implica una actitud vital y constituye un género literario cultivado por autores como Rabelais, Rétif o Baudelaire, quien lo definió como la capacidad de "estar fuera de casa, y sin embargo sentirse en todas partes como en casa".
En su flânerie personal, Apollinaire nos conduce a la animada bodega frecuentada por Vollard, célebre marchante de arte; a las bibliotecas del mundo, a los muelles de París. Conoceremos al señor Lehec, el librero celoso de sus libros; a Ernest La Jeunesse, poeta y coleccionista inveterado, y deambularemos, entre otros lugares, por el barrio de Auteil.
"El paseante de las dos orillas es un libro especial... Es una guía de paseos por lo imaginario... Un prodigioso encantamiento". J. Ignacio Velázquez, del epílogo.
Ficha técnica
Editorial: Olivo Azul
ISBN: 9788493663766
Idioma: Castellano
Número de páginas: 102
Tiempo de lectura:
2h 20m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 18/05/2009
Año de edición: 2009
Plaza de edición: Sevilla
Alto: 21.0 cm
Ancho: 13.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Guillaume Apollinaire
Guillaume Apollinaire, de nacimiento Wilhelm Apollinaris de Kostrowitzky (Roma, 1880-París, 1918), fue un poeta, novelista, periodista y crítico de arte francés. Tras el abandono de su padre, su infancia transcurrió entre Mónaco, Cannes y Niza, y en 1900 se instaló finalmente en París, donde se abrió paso en los círculos literarios y artísticos y entabló amistad con Alfred Jarry, Derain, Picasso y otros artistas y poetas que marcarán el arte moderno del siglo xx. En 1907 publicó de manera anónima los relatos eróticos Las once mil vergas y Las hazañas de un joven don Juan (1911), que circularon de forma clandestina. A ellas se sumaron los poemarios por los que es fundamentalmente conocido: Alcoholes (1913) y Caligramas (1918), así como Il y a (1925), Le guetteur mélancolique y los Poèmes à Madeleine (1952), publicados póstumamente. Entre sus cuentos destacan El encantador putrefacto (1909), El heresiarca y Cía (1910) y El poeta asesinado (1916), así como su drama «surrealista» Las tetas de Tiresias (1917). Tras participar en la Primera Guerra Mundial, en la que resultó herido, murió en París en 1918 a causa de la pandemia de gripe que asoló Europa.