Elegía Berlinesa es un solo poema dividido en 24 estancias. Un viaje interior, un movimiento externo que se corresponde con una geografía. El espíritu atraviesa la naturaleza, los campos, atraviesa las ciudades buscando consumarse en el encuentro, en el amor. Ese anhelo de consumación en lo real necesita del lenguaje sencillo, la desnudez; a la palabra le molesta en su libre devenir todo equipaje innecesario; el oranto, el recargamiento, la filigrana suponen lastres que impedirían la realización del recorrido del poema. La palabra se dispara sencilla y simple, dormida desde su principio, para poder llegar con la energía necesaria hasta la hondura de un límite real de nuestra época. Un final que resulta en un nuevo principio. El espíritu ha hallado poéticamente un nuevo estadio de conciencia.