Nápoles, finales del siglo XIX. Lucía Altimare y Caterina Spaccapietra son amigas desde el colegio, y lo seguirán siendo llegada la edad adulta, a pesar de que tienen temperamentos muy diferentes. Caterina se casa con Andrea nada más acabar los estudios: ella es buena y obediente, y él es el hombre que su tía ha elegido para ella. Lucía, en cambio, no cree en el amor ni en el matrimonio; es inteligente, fantasiosa y creativa, y acaba casándose también, pero con alguien a quien no ama. Sin embargo, el amor es pasión, y una vez desatada, incluso la amistad más fuerte puede verse en entredicho,