El autor mantiene una discusión crítica con la crítica que la filosofía del siglo XX ha mantenido respecto al tiempo cronométrico. Centrándose en el pensamiento heideggeriano sobre la medida del tiempo, y dentro de uan vocación fenomenológico-hermeneútica, el libro descubre un territorio filosóficamente inexplorado: el análisis fenomenológico de la medida del tiempo mediante calendarios y relojes.